lunes, 2 de marzo de 2015

BRIOCHE DE CALABAZA Y LECHE CONDENSADA



Ingredientes:

200 g de leche condensada
40 g de mantequilla 
60 g de leche 
25 g de levadura fresca de panadería.
250 g de puré de calabaza (Calabaza cocida, escurrida y triturada)
5 g de sal
550 g de harina de fuerza

Elaboración Tradicional:

En un cuenco amplio poner la leche templada, disolver en ella la levadura, añadir la leche condensada, la mantequilla empomada, la calabaza, la harina y la sal y amasar hasta obtener una masa suave, fina y elástica que o se pegue a las manos (no es necesario más harina, pero si quizás más tiempo de amasado con algún descanso entre amasados). Dejar la masa en un cuenco amplio untado con un poco de  aceite. Tapar con un paño húmedo y dejar toda la noche en la nevera. Al día siguiente retirar la masa del frigorífico y dejar que tome temperatura ambiente, Cortarla en 16 porciones de unos 70 g cada una y bolear, colocar en una rustidera o placa de horno dejando un margen entre cada uno de ellos y dejar que aumenten de nuevo su volumen. Pincelar con mucho cuidado de no romper la fermentación  con huevo batido y cocer en el horno precalentado a 180ºC hasta que tengan un bonito color dorado. Retirar y dejar enfriar. 

Elaboración en Thermomix®:

Poner en el vaso, la leche condensada, la mantequilla empomada, la levadura desleída en la leche, el puré de calabaza, la harina y por último la sal. Mezclar durante unos 5 o 6 segundos en velocidad 6 y terminar amasando 1 minuto en velocidad espiga. Asacar la masa y finalizar el amasado a mano sobre una mesa ligeramente enharinada. y amasar hasta obtener una masa suave, fina y elástica que o se pegue a las manos (no es necesario más harina, pero si quizás más tiempo de amasado con algún descanso entre amasados). Dejar la masa en un cuenco amplio untado con un poco de  aceite. Tapar con un paño húmedo y dejar toda la noche en la nevera. Al día siguiente retirar la masa del frigorífico y dejar que tome temperatura ambiente, Cortarla en 16 porciones de unos 70 g cada una y bolear, colocar en una rustidera o placa de horno dejando un margen entre cada uno de ellos y dejar que aumenten de nuevo su volumen. Pincelar con mucho cuidado de no romper la fermentación  con huevo batido y cocer en el horno precalentado a 180ºC hasta que tengan un bonito color dorado. Retirar y dejar enfriar.