jueves, 19 de marzo de 2015

SEITÁN CASERO



Ingredientes:

1000 g de harina de trigo 
2000 g de agua (1000 + 1000)
250 g de salsa de soja
1 cabeza de ajos.
5 g de jengibre rallado.
Un trocito de alga Kombu de unos diez centímetros de largo y diez de ancho 

Elaboración Tradicional:

Mezclar la harina con el agua y preparar una masa como si de un pan se tratase; (la cantidad de agua dependerá de la cantidad de gluten que tenga la harina, y será aquella que permita hacer una masa compacta y sin que se pege a los dedos. Cuando esté bien amasada, colocarla en un recipiente cubierta de agua durante 45 minutos.  Pasado este tiempo, sacar la bola de masa, tirar el agua y comenzar a lavar la masa dentro de agua limpia, que inmediatamente empezará a volverse blanca, siendo esto señal de que el almidón se va desprendiendo de la masa. Cuando el agua ya esté muy blanca, tirarla y poner agua limpia; (irán apareciendo briznas algo más oscuras de gluten, que tienden a desprenderse con facilidad). Continuar con el proceso de lavado hasta que el agua salga transparente, que es la señal de que ahora sólo queda el Seitán (gluten o proteína del trigo). Esa bola resultante es mucho más pequeña que la bola inicial, ligeramente más oscura y porosa. Si se desea se puede dividir en dos o tres trozos, o dejar la pieza entera. En una olla grande y a fuego fuerte poner a hervir el litro de agua con la salsa de soja, los ajos pelados, el jengibre y el alga Kombu. Cuando rompa a hervir, añadir las bolas de Seitán y dejar que hierva a fuego lento durante 45 minutos. Hay quien prefiere dejarlo menos tiempo, unos 20 minutos, para que resulte más blanda la textura. Su tamaño vuelve a aumentar con el hervor, y ahora se tornará más oscuro y brillante, además de compacto. Pasado el tiempo de cocción, retirar del fuego y dejar tapado hasta que se enfríe. Una vez frio, cortarlo en rodajas o como más guste. Es conveniente dejarlo siempre con algo de salsa, para que no se seque.

Aclaraciones:

El alga Kombu ayudará en la digestibilidad del Seitán y también aumentará el contenido en minerales, aunque no es necesario ponerle.

Depende de la calidad o tipo de harina se obtendrá mayor o menor cantidad de Seitán (gluten).

De todas las proteínas vegetales el Seitan es la que más merece el calificativo de “carne vegetal”, no-solo por su alto contenido en proteínas sino por su textura y color. Además aporta más ventajas que la carne: más proteínas, más digerible, sin colesterol, menos grasa, menos sal, menos calorías.
Tanto el Seitán como el Tofu (queso de soja) son fáciles de digerir y muy bajos en calorías, por lo que son ideales para niños, ancianos y personas con problemas digestivos. También está recomendado para los deportistas ya que ayuda a desarrollar la musculatura.

Es un alimento muy nutritivo que se obtiene a partir del gluten, por lo tanto aquellas personas de naturaleza celiaca (intolerancia al gluten) no deben ingerirlo bajo ningún concepto.

El Seitán dentro del frigorífico dura sólo tres o cuatro días. Así que si no se tiene pensado consumir inmediatamente, es mejor congelarlo ya que así puede durar meses.

Es conveniente congelarlo en bolsitas individuales donde vaya la porción que se va a comer cada vez.

El Seitán en la cocina combina con: cereales, legumbres, pasta, sopas, caldos y cocidos, estofados, barbacoas, canapés y aperitivos, platos típicos: albóndigas, croquetas, empanadas, rellenos de verduras, canelones,…

El Seitán puede tratarse igual que la carne: empanada, frita, con cualquier aceite a la parrilla, en forma de estofado, o bien elaborado como albóndigas o hamburguesas. Al tener un suave sabor se puede reforzar con sofritos, salsa de soja, especias o cualquier otro tipo de aliño.